

Este desatino podría disculparse si el artífice de redactar la carta fuera extranjero y no dominara el idioma. Por desgracia, esta clase de fallos se repiten a diario. El cada vez más escaso hábito de leer, las nuevas tecnologías y más concretamente aplicaciones como el 'Whatsapp' hacen un flaco favor a la pureza del lenguaje. Parece ser que cuanto más avanza la tecnología, más se empobrece la gramática.
A principios del verano algunos rótulos en los informativos de la Sexta presentaban errores garrafales, muchos de ellos por despiste y otros por el trabajo de los recién llegados, becarios, y las plantillas en cuadro.
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