TotAlzir@: Inaguración restauración fachada antigua convento Santa Lucía

jueves, 7 de febrero de 2013

Inaguración restauración fachada antigua convento Santa Lucía


Esta mañana, la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, junto a Juan Martínez, en representación de la empresa Martínez Cano Canarias S.A, ha inaugurado la restaurada fachada del antiguo convento de Santa Lucía en la calle Mayor Santa María.
Una restauración que es fruto de un convenio, que se firmó hace cerca de un año, por parte del Ayuntamiento de Alzira y la empresa propietaria del inmueble.

La finalidad de esta intervención ha sido la de recuperar y conservar las fachadas del inmueble del antiguo convento de Santa Lucía, que consta de tres cuerpos diferenciados, como son, la fachada del convento, la fachada del templo y la fachada de un almacén,  recayentes a la calle Santa Lucíay a la calle Mayor Santa María.



















Este frente de edificios está incluido, por su valor histórico artístico, como Bien de Relevancia Local (BRL) en el catalogo de Bienes y Espacios Protegidos, así como también, se halla dentro del conjunto histórico de la Vila, declarado Bien de Interés Cultural. Por sí misma, la fachada de la iglesia es Bien de Interés Cultural, por figurar en su portada el escudo heráldico de la ciudad. Por todo lo dicho, el citado inmueble es un destacado elemento del patrimonio local alzireño que goza del interés común de protección y adecuada recuperación.
La màxima autoridad local ha destacado “la importancia de esta restauración que sirve para poner en valor una parte importante de nuestro patrimonio local y de nuestra historia. Más al ser fruto de un convenio entre una empresa pública y una privada, un convenio de colaboración con un resultado inmejorable”.
Cabe destacar que durante el proceso de restauración, concretamente en las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por el MUMA, se descubrió un fragmento de un muro de la época medieval, que podría atribuirse al que se cita en la Crónica de  Jaime I al describir el pacto que realiza para la rendición de Alzira. Por este motivo se ha instalado un monolito conmemorativo.
Restauración
La restauración de esta fachada se ha abordado sin ninguna predisposición, intentando dialogar con el edificio, para comprenderlo, y así entender sus necesidades. Se ha realizado un trabajo lo más objetivo posible, mediante la colaboración interdisciplinar.
El edificio demandaba suturar las perforaciones impropias de su fachada que, a modo de heridas, había sufrido en acto de servicio durante sus casi 500 años de existencia. 
 Mediante técnicas de estratigrafía muraria, se ha realizado la lectura material de los paramentos, para analizar sus elementos compositivos, la materialidad, los dinteles de madera y los arcos adintelados de ladrillo. Solo a partir de este momento de comprensión y entendimiento, comenzaron los trabajos propios de restauración, siendo al principio el bisturí, la herramienta más utilizada para eliminar las múltiples capas de pinturas con las que, históricamente, se revistieron los trampantojos y la cenefa de acabado marmóreo que, a modo de guirnalda, envuelve la fachada barroca del convento y la portada neoclásica de la capilla.
La intervención principal en los muros, ha consistido en cegar la apertura indiscriminada de huecos, no solo para recuperar su imagen primigenia, sino también para  recuperar su función sustentante.
En el revestimiento, se han utilizado morteros de cal natural pura NHL-3 armados con mallatex, para hacer los muros transpirables a los gases migrantes y así evitar fisuras.
Finalmente, estos morteros de cal se han recubierto con pintura natural eco-compatible de tierras coloreadas naturales a base de cal en pasta pura seleccionada CL 90-S. El color elegido ha sido el resultado del estudio estratigráfico de los colores, con los que inicialmente fue pintado el edificio.
 Los trampantojos han sido completados y las molduras de ladrillo aplantillado de las cornisas, han sido pintadas en color almagra procedente de tierras naturales y aplicado en forma de veladuras.

Convento de Santa Lucía
El convento fue construido por real orden del año 1536, para la comunidad de monjas agustinas, y fue uno de los mejores dotados de la ciudad, al contar con la protección de Margarita de Austria. La fundación del hospital, se atribuye al notable Pere Esplugues, señor de la Pobla Llarga, que quizá sin saberlo, retornó este inmueble, al uso inicial de atención a los enfermos. A partir de 1642, los jurados de la Vila acuerdan la ampliación del edificio, dependencias e iglesia.
Con la desamortización de Mendizábal de 1836, se extinguió la orden conventual de las Agustinas, pero continúo el uso de hospital.
En el año 1886 y por falta de espacio, el uso hospital se trasladó al exconvento de Caputxins, manteniendo el nombre de Hospital de Santa Lucia, en recuerdo de este convento que, al quedar sin uso, fue abandonado, y vendido por partes, siendo ésta la causa de la perdida de la mayor parte del conjunto conventual.
Finalmente fue adquirido por Pedro Martínez Cano, para establecer una empresa familiar de reciclaje.
El edificio ha sufrido durante sus 477 años de historia, amputaciones, alteraciones y modificaciones de todo tipo, con la finalidad de adecuarlo al uso que en cada época se le ha exigido.


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