Articulo de opinión de Julio: Los cobardes no dialogan (Respuesta al Anónimo)

La reproducción de este texto es el que se recibió por correo; fiel a las palabras y sentido del autor que se identifica ante nuestra redacción, por lo que publicamos y respetamos su libertad de expresión.


Los cobardes no dialogan
En respuesta al Anónimo de junio de 2014, 22:22 que dice:(publicacion http://totalzira.blogspot.com.es/2014/06/para-todos-los-que-quieren-saber-lo-que.html) 
“Deberian reunirse las partes a puerta cerrada y pactar alguna solución al respecto entre todos y dejar el nombre de la hermandad”.
A este comentarista le diré que esto es imposible con la actitud y las malas maneras que han adoptado los miembros del cabildo desde un principio. Pero por mi parte no habría habido ningún problema, y pienso que la mayoría de los hermanos tampoco hubiesen puesto pegas si realmente nos hubieran permitido hablar donde había que hablar, sin coaccionar (obligando a abandonar la sala a escondidas) a los hermanos que piden explicaciones, y sin impedir que se oiga la verdad en la asamblea general. Si, aun así, ellos tuvieran la voluntad de enmendar sus errores, no habrían permitido el giro que han tomado los acontecimientos estos últimos días.Y, para finalizar,ante la negativa a escuchar y a dialogar que mantienen, no tengo más remedio que seguir explicándome por escrito, directamente a los “ojos” (figuradamente, ya que rehúsan el cara a cara) y por los medios públicos. A partir de aquí, juzguen ustedes mismos cual es la postura de cada cual y a quien le toca dar el paso.
¡Ah! Y al comentarista, que les traslade a ellos la petición a ver si él consigue que hablen, pero como las personas.
Puesto que así es como lo quieren, aquí va mi respuesta.
Muy Sres. míos:
Solo indicaros que si pensáis que, con vuestras artimañas de marcado carácter mafioso, con vuestras maneras cobardes y de poca hombría a la hora de actuar, vais a  callarme; pues estáis totalmente equivocados. Mientras tenga la verdad de mi parte y pueda demostrar lo que digo con datos, pruebas y testimonios; señores, sepan que ningún personajillo inculto de tres al cuarto conseguirá silenciarme.
En primer lugar me dirijo al hermano que me llamo por teléfono el martes pasado, y que se identificó como Villalba (al menos alguien da la cara, pensé en ese momento). Si llamas por teléfono, primero se saluda (simplemente normas básicas de educación) cosa que no hiciste y que yo, no obstante, sí que hice aunque tu bien sabias a quien llamabas. Después, si lo que quieres son explicaciones deberías habérmelas pedido, y no comportarte como un auténtico energúmeno, gritando, insultando y amenazando; para luego no dejar lugar a responderte y colgar el teléfono con malos modales. Esto demuestra, además de una acentuada falta de educación, que no te interesan las explicaciones.Tan solo me has llamado para desahogarte, actuando cobardemente como un delincuente. Tú prefieres permanecer en la más que evidente ignorancia, esa que te caracteriza y de la que siempre andas haciendo gala siendo tú el único que no se da cuenta. Haces el ridículo y eres el “hazmerreir” de cualquiera que te oye (“neófito”).Por todo eso, ya no respondiste a mis numerosas llamadas. No pasa nada. Si no quieres oírme de viva voz, pues te hablare por escrito que se me da igual de bien. Para seguir igual de perdido que antes de llamar, podías haberte evitado el berrinche que cogiste tu solito,y ahorrarte el dinero de la llamada para poder mantenerte en ese “limbo” en el que te encuentras tan a menudo. A mí y a los amigos que había en mi casa en ese momento, lo único que nos produjiste fue un ataque de risa sin parangón y un larguísimo cachondeo que siguió cuando les expliqué de qué iba el asunto y a qué venia lo que habían oído por el manos libres del teléfono. Si no querías explicaciones, ¿Por qué narices me llamas?, ¿Cuál era el propósito de tu llamada? ¡Ah! Ya entiendo. ¡No puedes vivir sin mí! Pues mira, tú, para mí, eres menos que insignificante. Aplicando el razonamiento matemático,en tu caso podríamos decir que, cuando se tiene un cerebro y una personalidad cercanos al cero absoluto, entonces se considera que el valor es despreciable. Por lo tanto, no se te puede tomar en consideración alguna.

En segundo lugar me dirijo al anónimo que me llamó el viernes pasado. A este elemento (como no tengo más información para dirigirme a él puesto que no quiso identificarse, le llamaremos así: elemento) le diré que cuando mi esposa dice que no puedo ponerme, eso va a misa aquí y donde sea. Tú no eres quien para poner en duda las palabras de mí mujer, sobre todo cuando ella sí que se identifica cuando se lo pides y tú te niegas a hacerlo repetidas veces. Inaceptable. No tienes ningún derecho a faltarle al respeto con el lenguaje más que incalificable y la falta de educación, de los que hiciste un grandísimo despliegue y derroche.Y lo más vil y rastrero para un elemento que se autodenomina “hombre” fue el levantarle la voz, cuando ni sus propios padres lo han hecho en su vida. Esto ni te lo consiento a ti ni a nadie. A nosotros sí que nos enseñaron modales de pequeños. En tu caso, por lo visto, todos se perdieron antes de llegar a tu casa.En cuanto a tu acusación de que yo hago comentarios bajo la etiqueta de anónimo,a mí eso no me hace ninguna falta.Que yo sepa (y puedes preguntar a quién quieras) siempre me he identificado simplemente (y a mucha honra)como Julio, nombre por el cual me conoce todo el mundo dentro y fuera de la hermandad, y con Julio siempre ha sido más que suficiente. Si alguien me buscase por los apellidos, te puedo asegurar que muy pocos podrían indicarle que se trata de mí. Sí,despreciable elemento, desde hace más de treinta años que todo el mundo (tanto los mayores, como los jóvenes y los no tan jóvenes, de la hermandad), todos saben quién es Julio.Tú,o debes ser un marciano muy raro para no saberlo o realmente te importa un pimiento la hermandad y solo apareces cuando toca palmear al hermano mayor. Por lo tanto, lo de anónimo, no va conmigo, porque no necesito esconderme de nada ni de nadie. 
Con esto quiero que te enteres de una vez por todas  que yo voy siempre de frente, nunca me escondo, y por ello puedo mirarme todos los días al espejo con la conciencia tranquila y sin avergonzarme de los valores que nos han dado mis ancestros; a mí y a mi familia. A partir de aquí te puedo decir que tú no tienes educación, ni la conoces, ni sabes lo que es eso. Eres un cobarde que te escondes tras una etiqueta (de “anónimo” eso sí, que es lo que les decías que eras,a mi mujer y a mi hijo) negándote a identificarte.No tienes ni la hombría ni lo que hay que tener para dar tu nombre como lo hago yo. Lo mínimo que debe hacer quien quiere dar lecciones es predicar primero con el ejemplo. Un ser infecto no puede llamarse hombre,cuando se escuda en el anonimato y el teléfono para atacar a una mujer y a un niño que nada tienen que ver en esta historia. Tan solo eres un ser indigno de pertenecer al género humano. ¿Por qué te niegas a que nos veamos?, ¿Por qué no quieres hablar conmigo en persona?, ¿tienes algo que esconder y por eso no te atreves a utilizar tu propio teléfono?, entonces ¿cómo me puedo poner en contacto contigo cuando me pasen el recado, valiente de opereta?, ¿de qué te avergüenzas para no querer que te vea o que te localice?, ¿por qué te niegas a soltarme en persona todo el veneno que le has lanzado a mi familia soberano gallina?.Eso sí, cuando te sentiste acorralado por la voz de mi hijo al informarte de que todo lo dicho quedaba para la posteridad, te sobraron sudores fríos y te faltaron manos para colgar el teléfono. ¿Será que, en tu propia opinión, el incalificable monologo que soltaste no es apto para el gran público o que va contra la ley?, ¿de qué tienes miedo entonces cobarde de manual? Que yo  sepa, a fecha de hoy, todavía no me he escondido de nadie, ni comido a nadie tampoco. 
Señores, habiendo demostrado sus dotes oratorias como lo han hecho por teléfono; si desean algo, mejor escriban, aunque tal y como redactan una sencilla acta, no sé si llegarán a ello. A unos se nos reconoce como tal por nuestros actos cotidianos cuando demostramos la educación recibida y el buen talante que forma nuestras vidas. Al resto, y hasta que la real academia de la lengua española acuñe una palabra más adecuada que los califique, tan solo se les llama  genéricamente hombres, por no faltar al respeto a las mujeres y porque no existen más opciones en el documento de identidad. Por nada más.
Bueno. Dicho esto no sé cuál es el fin que persiguen estos indeseables para actuar de este modo. Confieso que no sé para qué me llamaron. ¿Será para intimidarme?, pues pierden el tiempo. ¿Será para hacerme callar?, pues eso solo se consigue rebatiendo mis palabras con datos, pruebas y testimonios legales y honrados, como lo hago yo. Conmigo no valen las amenazas, valen razones. Con la ley de mi lado, con las agresiones telefónicas controladas por gente acreditada, con el asesoramiento legal que me asiste y con los interfectos ya identificados; no creo que por las malas consigan que desista de hablar. Todo lo contrario, esto me da más fuerzas.Mientras me sigan tirando de la lengua, seguiré defendiendo la hermandad, de las garras de estos impresentables marrulleros. Con su silencio por escrito ante la opinión pública y su mala praxis por “la vía oral” en privado, solo vienen a demostrar que no poseen razón alguna que pueda rebatir mis afirmaciones y encima ni se dan cuenta de ello. “El que calla otorga” y “el que se pica, ajos come” como bien reza nuestro surtido refranero y aplicable a estos casos. Por eso entiendo que a falta de razón, argumentos, palabras, vocabulario y en definitiva, simplemente cultura; opten por el camino de la descalificación, el acoso y la intimidación del tipo mafioso al más puro estilo Chicago años treinta. Aparentar, aparentar y aparentar como los famosillos vacíos y cutres  que nos inundan hoy en día, eso es lo único que saben hacer. “Fachada, tan solo es pura fachada…” como dice la canción, eso es lo único que tienen.

En fin espero que a partir de ahora solo me llamen para felicitarme el día de mi santo. Julio