Se ha descubierto un fragmento de muro de la época medieval en las obras del antiguo convento- hospital de Santa Lucía
En las obras de recuperación de la fachada del antiguo convento-hospital de Santa Lucía, concretamente en las excavaciones arqueológicas que está llevando a cabo el MUMA, ha aparecido un fragmento de muro de grandes dimensiones, que podría atribuirse al que se cita en la Crónica de Jaime I al describir el pacto que realiza para la rendición de Alzira:
“E, quan nós haguem emparada la torre, pregam-los que’ells (els musulmans) volguessen que ens dessen tro a la tercera torre, e nós que hi faríem un mur, per ço que el crestians no entrassen als sarraïns ni els serraïns als crestians, e que hi faríem una portella qui eixiria a la Calçada per on entrassen en la villa...”.
La torre que se indica podría tratarse de la conocida como Casa Real o la Casa de l’Olivera, situada frente al inmueble de Santa Lucía. Tras la toma de posesión de la isla, Jaime I, siguiendo la Crónica indica:
De este modo el rey cerró y reforzó la parte ocupada, conocida como “El Castellet”, por medio de un muro, dividiendo la isla en dos partes, la cristiana y la musulmana. El muro descubierto, tanto por sus características de construcción, materiales y dimensiones, podría considerarse que es el referido en la documentación, por lo que su hallazgo contribuiría a definir el espacio habitado en un primer momento por las tropas que acompañaban al rey.
El muro se ha protegido para continuar los trabajos de eliminación de cables y limpieza de la fachada ante la inminencia de la celebración de la procesión general del Viernes Santo. En posteriores estudios, como las excavaciones que están previstas realizar en la Casa Real , se podrá constatar si se trata del histórico cierre de los dos espacios urbanos intramuros.
Recordemos que estos trabajos que se están llevando a cabo entre el Ayuntamiento de Alzira y la empresa propietaria del inmueble, Martinez Cano Canarias S.A., son fruto de un convenio que suscribieron el pasado 20 de febrero. En estos momentos se ha procedido a la apertura de una zanja para eliminar los cables que atraviesan la fachada, que dañan sus muros y la estética del edificio que cuenta con la consideración de Bien de Relevancia Local en conjunto y de Interés Cultural por el escudo de armas de la ciudad que exhibe en la portalada.
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