Esa mujer.
Mujer, hija, esposa y madre son las cuatro palabras que definen a muchas mujeres de su edad, pero siempre se sintió diferente, con inquietudes indefinidas que nadie fomentaba y se quedaban enquistadas. Siempre cumpliendo con la buena educación privada y religiosa que sus padres le proporcionarán y que siempre se le recrimino por no aprovecharla.
Le molesta que en las tertulias de mujeres siempre sean los mismos temas. El régimen de moda, el marujero, ya sea televisivo o local. Nunca se comenta un libro, una buena película o incluso una noticia, por eso le gusta escuchar y callar, no opinar. Es de las pocas mujeres que se quedan en casa y no salen cada tarde a tomar café con las amigas para ponerse al día de las desgracias de los demás.
Está en esa edad que dejó de cuidar a sus hijos para cuidar de sus padres en espera que llegue el tiempo que tenga que cuidar a sus nietos, como si fuese algo natural y que no tuviera más expectativa, como si las mujeres de su edad no supieran hacer nada más que cuidar de los demás.
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