COTIF SUB-20: España se impone a Venezuela y jugará las semifinales del Cotif

España se clasificó anoche matemáticamente para las semifinales del torneo Cotif de l’Alcúdia tras derrotar por 2-1 a Venezuela en uno de los partidos más bonitos de lo que se lleva de torneo. Genaro y Peru anotaron los tantos de la rojilla, que será primera de grupo gracias a la diferencia de goles siempre que la selección de los Estados Unidos no gane hoy a Bahréin por más de 5 goles.
Salió muy enchufada España, que en el primer minuto contó su primera ocasión gracias a una galopada de Puado por banda izquierda que desbarató un defensor cuando el jugador procedía a armar el remate. El posterior córner se libró sin consecuencias. La selección española siguió buscando el área venezolana, sobre todo por las dos bandas, mientras que las internadas de los sudamericanos pocas veces encontraban portería. En el minuto 11 se estrenó la rojilla.
Rubén sacó un libre directo desde banda derecha y encontró a Genaro cerca del punto de penalti, quien envió el balón al fondo de la portería. El tanto animó a los españoles, que empezaron a emplearse con más alegría. Óscar lanzó un fuerte disparo desde 30 metros que atajó Wuílker Faríñez sin problemas. Los venezolanos, por su parte, se acercaron en varias ocasiones, aunque sin poner en apuros a Dani. Yeferson Soteldo protagonizó una galopada desde su campo que estuvo cerca de sorprender a la zaga rojilla, pero su centro, cuando estaba ya escorado a banda derecha, no encontró rematador. El partido entró en una fase descontrolada con numerosos ataques a la contra de las dos formaciones. Pepelu estrelló en la barrera, acto seguido, un libre directo desde la media luna del área. Rubén mandó fuera su remate poco después. Del posible 2-0 se pasó al 1-1, pues Ronaldo Peña se escabulló de su defensor dentro del área para rematar a placer de cabeza. El gol fue aplaudido por los numerosos aficionados venezolanos que ayer asistieron al partido, disputado en un estadio Els Arcs lleno hasta la bandera. En los últimos instantes Genaro, de nuevo, estuvo cerca de materializar el segundo gol español, pero su buen remate lo sacó un defensor bajo palos.
El segundo tiempo arrancó con el mismo ritmo trepidante con el que terminó el primer acto y los hombres de Luis De la Fuente solo tardaron 1 minuto en ponerse de nuevo por delante. Los jugadores españoles trenzaron una gran jugada combinada por banda derecha que finalizó con el centro de Ávila y posterior remate del recién incorporado Peru, quien envió con un potente chut el balón dentro de las mallas. Tras el tanto, el partido siguió igual de bonito, con una España que protagonizó sus mejores minutos de lo que se lleva de torneo. Los españoles consiguieron que los jugadores venezolanos no encontraran a su máxima estrella, Yeferson Soteldo. Pese a ello, la vinotinto pudo haber empatado al aprovecharse Ronaldo Peña de un mal entendimiento entre la zaga española y el meta Álvaro Fernández, quien sustituyó en el descanso a Dani. Superado el ecuador del segundo acto Venezuela se creció, sabedora de que la derrota no le valía. La vinotinto se encomendó a Soteldo, que repartió juego y protagonizó algunas internadas dentro del área. Ávila replicó con una gran jugada por banda derecha y posterior obús que despejó a córner el cancerbero latinoamericano. Los hombres de Rafael Dudamel pudieron haber empatado tras fallar Álvaro Fernández cuando se disponía a coger un balón aéreo, pero el cancerbero reaccionó y se hizo con la pelota en segunda instancia. Acto seguido, Joel se marchó de su defensor y se colocó frente al meta sudamericano, pero disparó demasiado flojo. Los últimos minutos estuvieron marcados por el asedio venezolano, encerrando a los españoles en su campo. Balza tuvo el empate en el 40 con un duro disparo que despejó Álvaro Fernández a córner. El guardameta sudamericano subió a rematar el servicio de esquina, el cual no encontró rematador y el colegiado señalizó el fin del partido. Los más de 6.000 espectadores que abarrotaron Els Arcs despidieron a los jugadores españoles con una sonora ovación.

 Víctor Tomàs, l’Alcúdia