Ayer, se inauguró, en la Sala Temporal II
del MUMA, la exposición de Salvador Ausina, “Horts de tarongers”. Una exposición que recoge diferentes espacios
de nuestro entorno en el que el naranjo es el protagonista, junto con los edificios, que son
una buena muestra de la arquitectura rural característica de finales del siglo
XIX y primera mitad del XX.
A través de las obras de Ausina, reunidas en
esta muestra, se pueden apreciar e identificar paisajes de nuestro término, como
la Casella, el Pla de Corbera o Vilella;
huertos singulares como el de Brú, de la Xata, de Freixa, de las
Virtudes, de les Aigües Potables; o de la Pujada de Baltaro, entre otros. En
cada uno de ellos, Ausina muestra los aspectos que le son característicos y
particulares convirtiéndolo en un espacio único donde, además de los naranjos,
se aúnan las palmeras, los cipreses, los pinos, las moreras, así como una
infinidad de plantas, flores que los decoran, entre otros detalles, que
resaltan u ocultan entre los marcados contrastes de luces y sombras. Paisajes
sorprendentes, pero a la vez, familiares para nosotros que el autor ha querido
representar como otros muchos pintores que han sabido apreciar la belleza de
estos entornos que no sólo fueron centros de explotación agrícola sino también
zonas residenciales o de recreo, propios de una época aún cercana en el tiempo.
Esta
muestra reúne 11 óleos y una serie de miniaturas presentadas en sendas tablas,
con tres óleos cada una de ellas, donde el motivo central es el apunte de la
obra principal, acompañada de dos imágenes más de tema libre. Finalmente,
preside la exposición un tríptico, con una escena central de la “Collita de taronges a Alzira”, flanqueado de
“Entrador carasol de la Casella” y “Calvari
de la Valldigna”.
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