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miércoles, 11 de mayo de 2016

El Alzireño Raül Montalvà estrena su Sinfonía n°1 con la Orquesta Sinfónica de la Academia Nacional de Artes de Tallinn

  • El compositor alzireño Raül Montalvà-Benavent estrena hoy su Sinfonía n°1 “Horror Vacui” (Temor al vacío) con la Orquesta Sinfónica de la Academia Nacional de Música y Arte Dramático, bajo la     dirección del prestigioso director de orquesta Toomas Vavilov. 
El estreno se llevará a cabo por la    tarde en la Metodisti Kirik de Tallinn, espacio elegido por su curiosa e impresionante acústica,      contando además con repertorio orquestal de Sööt, Västrik, Jõhvik y Leppik.
La Eesti Muusika - ja Teatriakadeemia de Tallinn es una institución de gran peso y renombre en los países nórdicos, junto con la Academia Jean Sibelius de Helsinki en Finlandia, contando con un    gran número de notables egresados como los compositores Rene Eespere, Toivo Tulev, y dos de los compositores más interpretados y celebrados a nivel internacional como es el caso de Arvo Pärt y Helena Tulve.

La Sinfonía nace como la Bachelor’s Thesis del compositor, bajo el tutelaje de la compositora y     vicerrectora de dicha prestigiosa Academia, Helena Tulve.

De tal modo, la obra se inicia con un caos masivo en el primer movimiento a modo de profunda y  convulsa turbulencia emocional basada en las propias experiencias personales de compositor y que a su vez supone un espejo de nuestra sociedad, cambiante y sometida al constante devenir. Por otra parte, el autor hace apología de su mundo interior, emocional y quebradizo al mismo tiempo,      haciendo referencia asimismo a doble dualidad en la que vivimos los seres humanos. Esto es,       la terrible e inconmensurable fuerza de nuestras emociones, en relación con la percepción del     mundo y de nuestra propia existencia. Ello se refleja principalmente en la escritura del primer       movimiento, su densidad y el color orquestal, comenzando desde la complejidad rítmica y tímbrica, y llegando a rozar hacia el final del mismo el silencio y oscuridad del vacío. Por contra, el segundo movimiento es provocativo y grotesco, haciendo un guiño a Shostakovich y Prokofiev, una broma    sobre la música de nuestros días, desde un punto de vista crítico y ácido a la par, que acaba por  consumirse en su propia incertidumbre.

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