Recientemente se ha podido observar una esquela diferente a las que estamos acostumbrados a ver. Esta esquela no recuerda a una persona fallecida, como es habitual, sino que se recuerda a un árbol centenario que estaba situada en la Plaza del Mercat. Este gran ejemplan de más de cien años no pudo aguantar las ardientes y repetidas muestras del ambiente fallero que al final han secado la vida al primer ejemplar de los tres que resistían al paso de los años y a las diferentes vicisitudes como reestructuran urbanística, riadas,... Esperemos que sus dos compañeros puedan aguantar algún tiempo más a esa otra clase de alzireños que se llaman falleros y que en algunos casos parecen Atila "Bajo los
cascos de su caballo nunca más crece la hierba".
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