Desde que en 1997 se adjudicaron
las obras de urbanización contempladas en el Plan de Actuación Integrada del
Respirall (uno de los primeros PAI de Alzira), los vecinos de esa zona han
visto como cinco equipos de gobierno (de derechas, de izquierdas y también
híbridos inclasificables) han sido incapaces de acabarlas. En estos momentos,
el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alzira tiene la oportunidad y la
obligación moral de finalizar esas obras.
La oportunidad es evidente. La
nueva corporación (la sexta que tendrá la oportunidad de resolver el problema) tiene
cuatro años por delante y este tema se merece, aunque sólo sea por el tiempo
que lleva pendiente, una solución inmediata.
La obligación moral también creo
que es evidente si se tiene en cuenta que este desaguisado se inicia con una
adjudicación que en su día fue, desde el punto de vista de muchos de los
afectados, como mínimo negligente. Conviene no olvidar que el concejal que
impulsó y defendió ese PAI pertenecía al partido UPV-Bloc Nacionalista (ahora
incorporado a la coalición que detenta la alcaldía de Alzira) y le apoyaron los
concejales de los otros dos partidos del actual el equipo de gobierno. Entre
todos acordaron que, en contra de la voluntad de los vecinos afectados, se
adjudicaran las obras a una empresa manifiestamente incapaz de llevarlas a cabo
con unos estándares mínimos de calidad.
Hisactin, la empresa en cuestión,
se constituyó apenas un par de meses antes de que se le adjudicara la condición
de Agente Urbanizador. Su capital social, comparado con el importe de las obras
que debía gestionar, era ridículo. Además, su experiencia en gestión
empresarial y en ejecución de obras de construcción era nula. Todo esto fue
alegado en su día por los vecinos que apostaban por que las obras se ejecutaran
por Gestión Directa. Sin embargo, todas las advertencias, todos los recursos y todas
las protestas de los afectados cayeron en saco roto.
Esta situación es inadmisible y
ha sido reiteradamente denunciada ante el Consistorio por muchos vecinos. Como
toda respuesta, los sucesivos equipos de gobierno se han limitado a engrosar las
arcas municipales con el IBIU de los más de trescientos inmuebles del
Respirall. En total el equivalente a más de 8 millones de euros desde 1997. A
esta cantidad hay que añadir las cargas urbanísticas millonarias que en su día
impuso el Ayuntamiento a los vecinos y que abonó a Hisactin por unas obras inacabadas
y de calidad manifiestamente deficiente.
Recientemente, el equipo de
gobierno del Ayuntamiento ha puesto en marcha la Asamblea Ciudadana de Alzira y
anima a todos los alzireños a que participen en la gestión municipal. A mí me
parece una buena idea y voy a aprovechar esta oportunidad para pedirle al
equipo de gobierno y a la oposición que hagan un ejercicio de responsabilidad y
que acaben, definitiva y correctamente, aquello que iniciaron en El Respirall
en 1997 y que es un baldón en la historia reciente de nuestra localidad.
Desde aquí invito a todos los alzireños
que consideren fundada esta reivindicación a que envíen un correo electrónico a
la dirección asamblea.ciudadana@alzira.es
pidiendo que el tema se aborde en la próxima convocatoria de la Asamblea
Ciudadana, instando a todos los partidos políticos del consistorio a que asuman
su responsabilidad y reclamándoles que se comprometan a finalizar las obras de
urbanización del Respirall en esta legislatura. Yo acabo de hacerlo.
Agustín Pérez
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