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martes, 1 de julio de 2014

La alcaldesa de Alzira :'La corrupción que más me molesta es la de mi propio partido'

Elena Bastidas es una persona «comprometida, accesible, con valores». Lo demostró cuando le dijo al presidente Fabra que prefería quedarse en su ciudad, con sus vecinos, antes que aceptar un escaño en las Cortes y una retribución más generosa. Lo volvió a demostrar cuando decidió meterle mano a los bancos y expropiar algunas de las viviendas en stock que incumplían las ordenanzas urbanísticas. Las rehabilitó y destinó a alquiler social. Imaginación y valentía para una alcaldesa que echa de menos la abogacía y descarta perpetuarse en el cargo. La también presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) se apartará de la gestión política cuando complete su programa de gobierno. No es habitual que un político renuncie a entrar en el Parlamento autonómico. Usted lo hizo cuando Fabra se lo propuso tras la salida de Belén Juste…

Estaba en una comida y el presidente me llamó por teléfono. Me preguntó qué pensaba y le dije la verdad, que si no se lo tomaba a mal, mi pueblo estaba en una situación delicada y tenía que dedicarle todo mi tiempo. Se quedó perplejo pero me respetó y yo le agradecí el gesto. Algunos creen que no es verdad…
¿Nunca se ha planteado formar parte de ese creciente femenino plural que está llegando a la cúpula del partido y el Consell? María José Catalá, Isabel Bonig…
Hablamos de personas con capacidades impresionantes. Todos tenemos ciclos y en política no hay que eternizarse. No sé si cuando termine mi etapa en Alzira pasaré por la primera línea o necesitaré algo más tranquilo, y la Generalitat no lo es. Creo que mi futuro no pasa por la gestión, sino por aportar ideas.
Ya que habla de la Generalitat, ¿le debe mucho dinero?
Hemos avanzado en el pago de la deuda, pero sufrimos la insuficiente financiación del Gobierno central. Cobraremos, pero ahora debemos ser reivindicativos y priorizar recursos. Es el momento de las personas. Con los cuatro millones que nos deben se pueden hacer muchas cosas, como ampliar los recursos para las pequeñas empresas familiares de construcción a las que damos trabajo en plena crisis del sector.
¿Firmó la carta a Rajoy con esas reivindicaciones?
No me llegó, pero en la reunión con Alfonso Rus y otros alcaldes fui muy crítica con el Gobierno central, el autonómico y los locales. Tenemos que corregir muchas cosas, como ser más cercanos. Que el PP no comunica bien es una mentira, lo que pasa es que no se da la cara, y debemos hacerlo aunque nos la partan, en todos los cuadros del partido. Algunos diputados nacionales vienen aquí a pasearse mientras los alcaldes acabamos hablando de la monarquía y otros asuntos que no deberían competernos.
¿Estas críticas explican el batacazo electoral de las Europeas?
El que contemple la visión de que las Europeas y las Locales no son iguales está condenado al fracaso. El día después de las elecciones convoqué a mi equipo, casi en un gabinete de crisis. Trabajamos los errores y carencias y trazamos un plan para recuperar a los descontentos. Debemos bajar a pie de calle para explicar las medidas impopulares y tomar decisiones autonómicas y nacionales sobre impuestos y corrupción. La corrupción que más me molesta es la de mi partido.
Mantener la mayoría absoluta está complicado…
Lo que está claro es que o tenemos la mayoría o estamos condenados a la oposición con un tripartito o un cuadripartito, como ya sucedió para que no gobernáramos. Por eso debemos dar la cara y explicar lo que hemos hecho mal, y también esa radicalidad de un PSOE a la deriva, sin proyecto, preocupado por Podemos. La frase de la ex ministra Carmen Calvo resume su forma de gobernar: ‘el dinero público no es de nadie’. Por eso lo gastan a puñados.
A puñados lo amasan los bancos, y usted los forzó a entrar en la ruleta de sacrificios de la crisis…
No es tan difícil meterles mano, pero tampoco fácil. El stock inmobiliario es fuente de problemas y hay que tomar decisiones valientes. Igual que perseguimos a los vecinos para que paguen el IBI hay que perseguir a los bancos que no cumplen con los impuestos y las comunidades de propietarios. Si ellos son inflexibles con los más débiles, nosotros debemos serlo con ellos.
Así nació Alzira Social, ¿no?
Con los 450.000 euros que obtuvimos del impago de cuotas urbanísticas de Bancaja expropiamos unas viviendas en L’Alquerieta que rehabilitamos dando trabajo a carpinteros, pintores y oficiales dedempleados, con material de proveedores de Alzira. Después alquilamos estas casas por 80 euros al mes y un mínimo de tres años. Es una forma de luchar contra el tema sangrante de los desahucios. Además, muchas de estas casas están ocupadas ilegalmente y son un foco de problemas al no hacerse cargo de su habitabilidad.
Estas medidas, ¿han sentado bien en su partido?
Ni bien ni mal, no tengo noticias -se encoge de hombros-. Muchos alcaldes me han preguntado por esta medida, la mayoría de fuera.Lo que no entiendo es que la izquierda local no apoye este proyecto, aplaudido por el PSOE a nivel nacional y la eurodiputada de IU Paloma López, además de la cobertura que ha tenido por parte de la izquierda mediática.
Vaya herencia la que le ha quedado al presidente Fabra…
Es complicada, pero con el paso del tiempo las cosas se ven de forma diferente. Hoy sería impensable lo de la Fórmula 1, pero cuando se tomó la decisión la perspectiva era distinta. Durante el boom todos aprobábamos PAI’s y hoy reclasificamos suelo que está muerto de risa.
Los excesos se han traducido en carga impositiva…
Dicen que Alzira sube los impuestos y no es así. En 2004 se revisó el catastro después de 20 años sin hacerlo. Soy partidaria de bajar los impuestos y que haya dinero para consumir y tener alegría. Los ayuntamientos no creamos empleo, debemos bajar los impuestos a las empresas y bonificar las tasas de construcciones si se vincula por escrito a la creación de empleo. El dinero público es escaso y hay que adoptar fórmulas administrativas valientes, hacer más con menos.La biblioteca, por ejemplo, la hicimos con los 3 millones que sacamos de añadir suelo residencial en una zona dotacional escolar. De nuevo la imaginación. Tenemos cuatro nuevas licencias de obras que se han acogido a estas bonificaciones en el parque empresarial.
¿Qué le preocupa, amén del paro?
La vivienda y algunas infraestructuras de comunicación, como el puente sobre el Júcar para aliviar la entrada de tráfico desde Carcaixent.
¿Qué proyectos tiene en marcha el Ayuntamiento?
La biblioteca de 2.500 metros cuadrados, que inauguraremos la primera quincena de septiembre, el nuevo retén de la policía y un paseo fluvial en la ladera derecha del Júcar que conecte con el Santuario de Nuestra Señora del Lluch. Otro intangible, pero muy importante, es la modernización que buscamos con la administración inteligente, más allá de lo electrónico, y proyectos revolucionarios como el primer dispositivo en la Comunidad para detectar incendios forestales por infrarrojos. Estará instalado en los 111 kilómetros cuadrados de término municipal este verano.
¿Y la conexión con la AP-7?
Es una de las grandes cuestiones pendientes. Hemos tenido varias reuniones con Isabel Bonig y sabe de nuestra necesidad imperiosa de estar conectados a la autovía para tener proyección exterior. Las noticias no son todo lo buenas que quisiéramos, pero no descansaremos hasta que lo consigamos.
Nombraba antes el Júcar… ¿Cómo llevan la ‘batalla’ del agua?
ElJúcar ha sido fuente de dolor en la historia, pero también de riqueza. Debemos ayudar a las zonas deficitarias de Alicante garantizando un mínimo de caudal para la comarca. Debemos luchar por lo que nos toca.
¿Qué queda pendiente?
Acabadas las grandes infraestructuras, a excepción del auditorio que es inviable a corto plazo, es el momento de las pequeñas cosas, de la administración inteligente, la modernización y hacer de cada barrio una pequeña pintura, el reflejo de algo estéticamente potente.
¿Qué puede verse en la pintura de la Alzira actual?
Podemos ver unos sectores productivos equilibrados, con un impulso económico a la agricultura y un parque empresarial de un millón de metros cuadrados que ofrece precios muy competitivos. También parajes naturales como la Murta, fiestas de interés turístico, la tamborada que aspira a ser patrimonio de la humanidad y el deporte de la escalada como disciplina que nos diferencia. Buscamos potencialidades más allá de la playa que no tenemos, con la Ruta de los Monasterios o la primera ruta equestre de España. Y mucha acción social, desde la rehabilitación de viviendas a la limpieza de barrancos para evitar la gota fría o la reconversión de desempleados que se forman para otros trabajos.
¿Qué le falta a Alzira para ser la ciudad ideal?
Conciencia de que es una cosa de todos y debemos mantenerla limpia, más allá de la escoba de plata. Le hemos dado la vuelta a una ciudad gris y sin peso que hoy es muy respetada dentro y fuera de la Comunidad. La presidencia de la FVMP es un premio a Alzira.
La oposición ve desgobierno…
He renunciado a una vida política más cómoda para estar con mis vecinos.
Y critica su programa de fiestas…
No está cerrado, pero si con 200.000 euros son capaces de llevar la fiesta a todos los rincones de la ciudad y traer mejores actuaciones que sean valientes y digan cómo. 
El Mundo


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