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viernes, 20 de junio de 2014

La custodia procesional de la parroquia de Santa Catalina de Alzira, tercera ocasión que sale en procesión tras sus restauración en 2010

  • LA CUSTODIA PROCESIONAL DE LA PARROQUIA DE SANTA CATALINA DE ALZIRA 


Se trata de una custodia de las denominadas "de sol", realizada en metal dorado, cuya parte original la constituyen la base y el astil, siendo la ráfaga y el viril de época reciente. La altura del astil desde la base es de 51 cm., y la altura total de la custodia de 90 cm. La base, en la que se superponen elementos circulares y cuadrangulares, presenta cuatro lados redondeados con otras tantas arandelas para fijarla a las andas procesionales. La decoración está compuesta a base de pequeños cabujones plateados en forma ovoide plateados, algunos de los cuales presentan esmaltes y cuatro escudos de la ciudad de Alzira. En las esquinas figuran cuatro diminutas pirámides. Por su parte, el astil presenta un primer cuerpo cúbico, también decorado con cabujones cuadrangulares plateados, siendo el resto del astil de tipo abalaustrado con anillos o macollas que en ocasiones presentan pequeñas ménsulas en tipo de "ces" o asas y cabujones romboidales plateados con esmalte.
El interior de la base presenta la inscripción: DI(da)CO DE TO(le)DO ME FESIT. ANO 1649, es decir: Diego de Toledo me hizo. Año 1649. 

Poseemos noticias muy interesantes sobre esta importante familia de orfebres, los Toledo, aportadas por el especialista en orfebrería Francisco Cots Morató. El patriarca fundador fue Simón de Toledo (1604-1647), cuya labor continuaron sus hijos Vicente (1637-1666) y Diego (1643-1682). Las fechas corresponden al período de su actividad, desde que aprueban el examen de ingreso en el Gremio de Plateros. Contrariamente a lo que pueda pensarse, Simón de Toledo era natural del Reino de Valencia y sus hijos, más que probablemente, nacieron en la capital del Reino. Los tres tuvieron taller independiente y disfrutaron de una vida corporativa destacada, trabajando juntos en la catedral de Valencia. Toda la labor artística de Diego la poseemos precisamente en la ciudad del Turia. Su hermano Simón también trabajará para la iglesia de San Martín (para la que realiza su magnífica Custodia), para la ermita del Lledó, en Castellón y para las iglesias de Carcaixent (para la que fabrica su cruz parroquial), Jérica y Vinarós.
Tanto el viril como la ráfaga o aureola que lo circunda son modernos, pues el antiguo se perdió durante la última contienda nacional. Es obra del orfebre valenciano Agustín Devesa Olmos, en 1943, a tenor de la inscripción que aparece en la base de la custodia: SOL NUEVO DE 1943 POR DEVESA. 1943. Este viril tiene una circunferencia de 7 cm., enmarcado por una aureola de rayos flamígeros de 17 cm. que, a su vez, está rodeado de una gran aureola con arranque en forma de franja calada de roleos donde se sitúan 4 cabezas de querubines plateados. De esta franja arrancan los rayos, alternando flamígeros y rectos, estos últimos rematados por 26 estrellas de 11 puntas. Corona el conjunto una elaborada cruz, en cuya cruceta se engarza un diamante.
Del autor de la aureola y el viril, Agustín Devesa, sabemos que de su importante taller valenciano salieron réplicas de piezas perdidas tras la guerra civil española de 1936 y también piezas que copiaban modelos antiguos, labor en la que, al parecer, se especializó.
Como obras suyas podemos destacar:
La imagen de la Purísima de plata, patrona de Ontinyent (1940), que vino a sustituir a la desparecida en la guerra civil, que databa de 1667.
La custodia procesional del Colegio de Ntra. Sra. de los Dolores (Fundación Aynat), de Villena (1945), inspirada igualmente en modelos barrocos.
Réplica del Santo Cáliz que procesiona en Semana Santa Marinera, en la parroquia de San Miguel Arcángel de El Cabanyal, Valencia (1947).
Representación de la Giralda y la peana que sostiene las imágenes de las Santas Justa y Rufina, de la parroquia de San Juan Bautista, de Manises.
Sagrario de la Capilla de la Comunión de la parroquia de los Santos Juanes, de Cullera.

La custodia de la parroquia de Santa Catalina, de Alzira procesionó por última vez por las calles de la ciudad en 1985, al cumplirse el XXV Aniversario de la Adoración Nocturna Femenina de la localidad. Lo hizo sobre el paso del Ecce-Homo y cobijado bajo el palio de terciopelo rojo de Ntra. Sra. de la Murta. En Mayo del año anterior, portada bajo palio por el sacerdote D. Francisco Albiol, había servido para trasladar en procesión claustral el Santísimo Sacramento, junto con la imagen de la Virgen de la Murta, a la recién restaurada Capilla de la Comunión del templo parroquial.
Desde esa fecha, la pieza pasó a guardarse en lugar seguro, donde se perdió su memoria, ya que fue sustituida en las celebraciones eucarísticas de la parroquia por otras custodias de factura seriada.
Con motivo de la celebración en nuestra ciudad, en junio de 2010, del LXXV Aniversario de la Adoración Nocturna Femenina, se planteó recuperar esta pieza. El joyero alcireño Bernardo Cano, de forma completamente altruista, llevó a cabo la magnífica labor de restauración de la custodia, entre los meses de abril-mayo de 2010 y que consistió en:
- Desmontaje completo, limpieza y pulido de todas las piezas (algunas de las cuales estaban completamente oxidadas y presentaban restos de lodo de la riada de 1982).
- Dorado general de 3 micras, con oro de ley de 18 kilates, con aleación de Níquel para aportar consistencia y evitar ennegrecimientos posteriores.
- Eliminación de la pintura negruzca y óxido de los cabujones que adornan todo el astil y de las 4 cabezas de angelitos de la aureola grande que rodea el viril, con posterior baño de plata, que ha quedado en su color, conservándose el esmalte azulado donde existía.
- Limpieza y pulido del diamante que se aloja en la cruceta de la cruz que remata la custodia recuperando así su brillo y transparencia

En la Solemnidad del Corpus Christi de este año 2010, Año del Congreso Eucarístico Nacional, los alcireños pudimos disfrutar de la deslumbrante custodia seiscentista de la parroquia de Santa Catalina, una pieza única de incalculable valor sentimental y artístico, que permanece unida, a pesar de 25 años de olvido, a la historia de la parroquia y a la memoria colectiva de todos los alcireños.

Juan José Sanz Maseres

Licenciado en Historia del Arte

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