La apnea obstructiva del sueño es un trastorno en
el que quien lo padece hace pausas al respirar cuando está dormido o presenta
una respiración superficial. Estas pausas pueden tener lugar más de 30 veces
por hora, debido a que las vías respiratorias se estrechan o se bloquean
durante el sueño. El problema es que los afectados tienen un sueño de mala
calidad y sufren una marcada sensación de cansancio diurno. Además, esta
alteración del sueño ha mostrado cierta relación con la presencia, en un
momento posterior, de accidentes cerebrovasculares como el ictus.
Sin embargo, el cansancio no es la única
consecuencia de la apnea obstructiva del sueño. Son múltiples los estudios que
han intentado averiguar los problemas cognitivos que se presentan en estos
pacientes. Recientemente, un estudio publicado en la revista Respirology por
Bucks, Olaithe & Eastwood ha intentado aclarar esta cuestión. Para ello,
los autores han analizado varias revisiones sistemáticas sobre el tema
(meta-revisión) concluyendo que los pacientes con este tipo de apnea suelen
mostrar desde déficit en la atención sostenida y vigilancia (como lo que
necesitamos para permanecer centrados en una actividad durante un tiempo
prolongado) hasta fallos en la memoria a largo plazo visual y verbal, es decir,
la capacidad para recordar cosas aprendidas hace tiempo tanto en forma de
imágenes como en palabras. Además también se han comprobado alteraciones en las
capacidades constructivas y viso espaciales, como por ejemplo al hacer un
rompecabezas y problemas en las funciones ejecutivas, necesarias para
planificarse o resolver problemas.
A pesar de dichas investigaciones, los científicos
aún no saben con claridad el efecto de la apnea sobre la memoria de trabajo, la
memoria a corto plazo o el funcionamiento cognitivo global.
Lo que sí se deduce de los estudios revisados es
que el tratamiento con presión positiva continua en las vías respiratorias
parece mejorar algunos de esos síntomas (funciones ejecutivas y memoria),
además de mejorar la calidad del sueño.
Quedan muchas cosas por saber, como por ejemplo el
papel de las características individuales de los pacientes sobre la mejora de
los síntomas, así como el potencial beneficio de otro tipo de intervenciones
cognitivas como por ejemplo programas de
ejercicios de atención y percepción que puedan ayudar a mejorar la situación de
estas personas
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