Desde hace algunos años el término "gente tóxica" fue acuñado y posicionado en nuestras sociedades modernas para identificar a aquellas personas que, en lugar de realizar aportes beneficiosos o tener una trascendencia neutra en nuestras vidas, logra aportar negatividad, malos sentimientos y eventos que, finalmente, resultan en una compañía innecesaria.
Aprender a identificar a las personas negativas o tóxicas es un gran paso en nuestro camino hacia el bienestar, ya que a menudo nos sucede que no nos damos cuenta del daño que una persona (ya sea un conocido o incluso un ser querido) está realizando sobre nuestra existencia.
Al respecto, Bernardo Stamateas (Licenciado en Teología y en Psicología, Terapeuta Familiar, y Sexólogo Clínico) ha logrado identificar con gran precisión los tipos de gente tóxica que solemos encontrarnos a diario, clasificándolos bajo grupos y enumerando algunas de sus características, como veremos a continuación:
El "mete-culpas" es uno de estos tipos de gente negativa, quien utiliza el sentimiento de culpa para manipular a otras personas, a veces malintencionadamente, y otras veces sin esa intención.
Por lo general, esta persona utiliza frases bien características, echando en cara lo que ha hecho por nosotros y reclamando atención o presencia. Por ejemplo, suele decir cosas como "¿no me vas a acompañar al mercado, después de que yo te acompañé a comprar ropa el mes pasado?", o también "yo siempre te he ayudado" como manera de iniciar una solicitud.
El trato con este tipo de persona tóxica debe consistir en hablar, primeramente, explicando nuestro descontento con su actitud y, si no observamos un cambio, debemos "bajar la persiana" ante sus comentarios.
Otro tipo de gente negativa son los denominados envidiosos, quien no logra alegrarse por el éxito ajeno o simplemente por el bienestar de los otros, sino que siempre está reflejándose y observando sus fracasos o la falta de éxitos en sus actividades en todo momento.
El envidioso no sólo es quien se impone en las circunstancias de los demás, sino que trata de ser el centro de ellas. Podemos identificarlo como alguien que sin importar de qué se trate la charla, siempre logra sumergirse en ella. Aporta sus propios pensamientos y opiniones incluso cuando el tema le es ajeno, y minimiza la existencia de los demás en toda charla.
Por otra parte, encontramos en esta clasificación de gente negativa al descalificador. Es aquel que siempre tiene un aporte negativo en las charlas y situaciones, aunque se trate de eventos felices o exitosos. Es quien al festejar el gol de un partido suele decir frases como "hubiera sido buenísimo que entrara por el ángulo", o "un golazo, pero qué pena que no lo hizo Messi". El descalificador es sumamente tóxico, pues busca restar importancia, éxito o felicidad en todo suceso.
Por su parte, el chismoso posee una toxicidad clara y evidente. Es quien se entromete en las vidas ajenas, siempre con un comentario negativo al respecto. Debemos evitar sus comentarios, sin prestar atención a los mismos, para obtener nuestra propia felicidad. Y, del mismo modo, también encontraremos al tóxico quejoso, que siempre logra verle el lado negativo a las cosas. Nunca nada parece suficiente, ni bueno del todo.
Para lograr la felicidad, debemos hacer nuestras propias apreciaciones, sin tener en cuenta lo negativo que pueda decir, sino observando de todo lo mejor que tenga.
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